Hay síntomas que son fácilmente constatables, otros necesitan mayor observación, y hay otros requieren el criterio y la evaluación de un médico. Nada puede sustituir a la opinión del profesional de la salud, y mejor si es especialista en este tipo de trastornos. Hay aspectos que normalmente no pueden ser visibles ni bien interpretados por las personas cercanas al paciente sino por el profesional, que elaborará un diagnóstico definitivo y proporcionará las pertinentes recomendaciones terapéuticas.
Para un mayor precisión técnica, consúltese los manuales internacionales de trastornos psíquicos: el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5, de la Asociación Psiquiátrica Norteamericana; y el CIE-11, de la Organización Mundial de la Salud, OMS.
No obstante, los síntomas más frecuentes pueden ser fácilmente observados por las personas cercanas.
La parte física del trastorno es la más visible. Como suele afectar al cuerpo en su peso, su forma y su estado de salud (delgadez, sobrepeso, falta de la regla, etc.), mucho de esto se hace evidente con un poco de observación; algunos lo son a simple vista. También algunas conductas respecto a la alimentación (ayunos, atracones, vómitos, etc.) son fácilmente detectables.
Los síntomas que tienen que ver con el estado de ánimo, motivación, carácter, trato y otras conductas, (aspectos más profundos, correspondientes a su parte psicológica) son más difíciles de ser reconocidos y evaluados; requieren detenerse a observar y reflexionar mucho más.
Hay que tener en cuenta que cada caso solo cumple algunos de ellos, y pueden variar en frecuencia e intensidad y según el tiempo y las circunstancias. Muchos casos solo tienen algunas de las manifestaciones que consignamos, o tienen otras que no aparecen aquí (Trastornos Atípicos, o No Especificados).
Hay algo que aparece prácticamente siempre, sean cuales sean los síntomas más concretos, que es lo que los familiares suelen notar y describir como ‘un cambio de carácter’ en el paciente. Éste no siempre se hace notar desde el principio y suele ir aumentando con el tiempo, evolucionando. Aunque no parezca ser tan alarmante, en realidad corresponde a la parte más sustancial del trastorno y tiene que ver más con sus raíces. Es la manifestación de la parte psicológica del trastorno, vista como en conjunto, y está en relación con la vida de familia, o de pareja, que están también implicadas en el trastorno.