SI TU HIJA (HIJO, PAREJA, AMIGA…):
– Ha cambiado su alimentación en los últimos tiempos, pero no es capaz de reconocerlo.
– Su relación con la comida está afectando a otras facetas de su vida personal, académica o profesional .
– Su carácter varía o se tensa cuando ha de enfrentarse al plato.
– Crees que esconde ciertos comportamientos, como atracones, vómitos, deshacerse de alimentos, etc.
– Siente como una intromisión tu preocupación por su relación con la comida.
– Temes que estos comportamientos de miedo u obsesión con la alimentación están afectando a vuestra relación.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
No dejarse alarmar demasiado por lo más evidente: los cambios físicos, la delgadez, el sobrepeso, las alteraciones en la alimentación, etc.
Prestar una atención más profunda: los síntomas son la manifestación de que algo del interior no está bien.
Asumir que la relación con el cuerpo y con la alimentación es algo que ha de manejarse con el consejo de profesionales.
Aceptar que es un trabajo a medio y largo plazo, en el que se ha de dar importancia tanto a la parte psicológica como a la nutricional.
No ayuda:
Intentar mejorar la situación proporcionándole más cuidados.
Cuantificar y medir avances o retrocesos de manera recurrente.
Querer corregir la situación con la presión, con la insistencia, con más control.
Insistir tratando de convencerle para que cambie.
Desanimarse y pensar que no hay nada que se pueda hacer.
Sí ayuda:
Crear un entorno de comprensión, no de reproche, y mantener la comunicación.
Conocer a otras personas que han pasado o están pasando por situaciones similares.
Darse cuenta de que estáis pasando por algo que no comprendéis bien del todo, admitir que algo se os está escapando.
Estar dispuestos a identificar y trabajar aquellas situaciones y sentimientos que hayan podido desencadenar el trastorno.
Acudir a los que conocen el problema, buscar ayuda experta, consultar a profesionales de la salud.
Quizá estés viviendo un trastorno de la conducta alimentaria.
La anorexia, la bulimia, los atracones, la vigorexia, la ortorexia… todos tienen un punto en común: se desnaturaliza la relación con la comida.
Pero hay caminos de recuperación.
Desde hace 25 años, en AVALCAB nos reunimos personas que pasan o han pasado por estas situaciones, junto a profesionales que trabajan a diario con ellas. Un punto de encuentro para afectados, familiares, psicólogos y otros terapeutas, donde ayudarse mutuamente y avanzar.
Somos una asociación sin ánimo de lucro, entendemos bien lo que te pasa y, por eso, te podemos orientar y ayudar.