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Detección de la bulimia

Se manifiesta con síntomas coincidentes con la Anorexia y con el Trastorno de Atracones. Suele resultar como una combinación de ambos tipos de síntomas, en una extensa y cambiante variedad de formas. Es una conducta ambivalente en estas dos facetas que, siendo a veces contrarias, se dan en momentos, áreas o circunstancias diferentes.

 

La proporción de síntomas de tipo anoréxico puede ser muy diferente a la de los síntomas de los atracones, de modo que a veces puede parecer más Anorexia que Bulimia, y otras al contrario, o que se ha pasado de un cuadro clínico al otro. A veces una Anorexia precede a la aparición de una Bulimia., o, por el contrario, los síntomas anoréxicos se imponen a la ingesta compulsiva.

 

La desnutrición que puedan producir las restricciones y las conductas purgativas (vómitos, laxantes, etc.) quedan compensados por las ingestas compulsivas, pues aunque se vomite mucho, siempre se absorbe algo; de modo que, según el grado, puede apreciarse poco o nada el cambio de peso o volumen corporales resultantes, se mantiene más la regla y se reducen las malas consecuencias de la desnutrición. Esto la hace más difícil de detectar a simple vista por el cambio en el volumen corporal.

 

No suelen tener mucho cuidado en la ocultación de las pistas que se pueden dejar, como restos de comida, de vómitos, o envases de comestibles, etc. Es más visible para detectarla constatar la desaparición de alimentos de la cocina, el descubrimiento de comida guardada en su habitación, o de dinero para comprarla y, en su caso, por la ausencia de menstruación; y todo lo relativo al vómito: es típico el ir al baño justo después de las comidas, y enmascararlo haciéndolo al ducharse o fuera de la casa, etc.

 

Es bastante frecuente que se alternen temporadas de excesos de comida con otras de restricción, del atracón con el ayuno o el vómito, del adelgazamiento con la subida de peso. Otras veces son simultáneas, o se combinan en corto esas dos conductas opuestas, como cuando se vomita justo después del atracón. Aunque suelen ocultar síntomas de los dos lados, tienden a ocultar más los de comer de más; se avergüenzan más de todo lo que tiene que ver con el comer y el engordar que con lo contrario. Cuando vomitan o compensan con ayuno, sienten reconciliarse algo consigo mismas, y es lo que más -a veces lo único- les calma la ansiedad, momentáneamente (aunque luego vengan los autoreproches).

 

Hay otras conductas que aunque no tienen que ver con la alimentación, también a veces forman parte de la sintomatología bulímica por el modo impulsivo con que se ejecutan y la dimensión de exceso y sensación de no control con que se realizan. Pueden ser excesos en el beber (frecuentemente alcohol), fumar, ingesta de drogas, compras compulsivas, multiplicación y dispersión de la actividad, etc. También es frecuente el tener continuamente algo en la boca, tomar caramelos o semejantes, el uso continuo de la botella de agua, etc.

 

Su ‘cambio de carácter’ les lleva a una frecuente la irritabilidad, con notables cambios de humor y una tendencia a desarrollar actividades de modo disperso y muy variable. Es frecuente la dificultad de estar a solas y es entonces cuando se nota más claramente la ansiedad que, de fondo, les acompaña en realidad todo el tiempo. La intensa o rápida actividad, y especialmente la compañía de grupos de gente, es lo que más les protege de sentir esa ansiedad, y el atracón (de comida o de actividad) es su mejor calmante.