¿TE RECONOCES EN ALGUNOS DE ESOS PUNTOS?:
– Te exaspera ver lo poco, o lo mucho, que come.
– Te inquieta que pueda estar vomitando, o tomando laxantes, con frecuencia.
– Sospechas que no come cuando no hay otros presentes, que tira la comida que se lleva .
– Te ha sorprendido que hace desaparecer alimentos de la despensa o frigorífico, y lo niega.
– Descubres escondidos en su cuarto comida, o vómitos.
– Te angustia pensar que pueda estar autolesionándose.
– Te resulta incomprensible que diga que se vea fea cuando sin duda es guapa.
– Te desquicia que se vea gorda cuando está en los huesos.
– Te has horrorizado al ver su cuerpo sin ropa.
– Te entristece que le haya cambiado el carácter y ya no sea la persona alegre que era.
– Te desconcierta que a pesar de lo inteligente que es se empeñe en seguir así.
– Te preguntas si te está manipulando, aprovechando tu preocupación.
– Te exaspera que no haya modo de hablarle para que cambie de actitud.
– Te sientes impotente para convencerle de que actúe con más sensatez.
– Ves que cuanto más le quieres ayudar todo parece ponerse peor.
– Te apena que esté cada vez más distante, triste, irritable.
– Te entristece que todo esto esté enfriando, o hasta tensando, vuestra relación.
– La preocupación por su salud se está convirtiendo en el centro de tu vida.
– Las personas cercanas no se hacen bien una idea de lo que estás pasando…
SI TE RECONOCES EN ALGUNOS DE ESOS PUNTOS, ENTONCES :
– No pienses que está todo perdido; ni que, por el contrario, con sólo cuidarla más, se solucionará.
– No eres la única, o el único; ahora hay muchas otras personas a las que les pasa lo mismo.
– Quizá no sabes que no estás sola, no estás solo, y que algunas personas te comprendemos, te escuchamos, y te podemos ayudar más de lo que imaginas.
PUEDE SER:
– Que sientas que tienes la culpa de que se comporte así…
– Que pienses que eso es porque no le has educado bien…
– Que te preguntes si todo ese comportamiento lo hace adrede, que es un capricho…
– Que estés dispuesta a buscar lo que sea para sacarle de ese modo de actuar…
– Que te desesperes por llevarle a hospitales, a centros, a profesionales, a lo que sea, para ‘curarle’…
– Que creas que tienes que hacer algo que ella, o él, no puede hacer, para volver a la normalidad…
– Que sepas que la familia tiene algo que ver en el problema pero no entiendes cómo…
– Que no te hayas dado cuenta de que no hay modo de que se vea bien, se ponga la ropa que se ponga…
– Que no te hayas dado cuenta de que no siente ser una persona tan estupenda como tú la ves…
– Que no te hayas dado cuenta de que no sabe bien lo que quiere, aunque a veces se obstine en algunas cosas…
– Que no te hayas dado cuenta de que vive como presión toda tu dedicación, toda insistencia de cualquiera…
– Que no te hayas dado cuenta de que cuanta más insistencia por tu parte, más rechazo vas a obtener…
POR ESO :
Te proponemos una reflexión que no es fácil:
“Si, como sabes, tu hija (o hijo, o pareja) es una persona tan capaz y con tantas cualidades ¿cómo es que actúa de modo tan desacertado, e incluso peligroso, para ella, y no se corrige? ¿No habrá poderosas razones para que se comporte así?”
FÍJATE EN QUE :
Todo lo que ocurre tiene sólidos motivos para que esté pasando, aunque en principio no se vean ni se entiendan, y que avanzar lleva un tiempo y unos procedimientos que quizá aún no conoces bien.
Es muy importante que accedas a comprender mejor en qué consiste realmente el trastorno, y que te des un tiempo para lograrlo, apoyándote en las personas que tienen la experiencia y especialización necesarias para ayudaros.
SI quieres que hablemos de todo eso, de cómo lograr realmente encauzar la mejoría y la resolución del trastorno y poder volver a la vida familiar equilibrada, aquí estamos. En AVALCAB podemos atenderte y orientarte personalmente para encontrar un camino eficaz, que acabe de forma definitiva con esos problemas.
SABEMOS AYUDARTE